En las situaciones limite es donde mas podemos aprender y crecer.

Deja libres tus pensamientos, busca a alguien en la inmensidad de tus recuerdos.

Nubes atravesadas por leves rayos del sol; dispuestas a romperse en mil pedazos en el momento más inesperado, dejando tras sí cientos de paraguas. La mayoría aguardan en casa de algún que otro despistado. Nada altera aquella tarde de domingo. Todo tranquilo.
Desde mi ventana observo las calles en las que saboreé la cálida brisa primaveral entre tus labios, en el cercano comienzo de un verano que prometimos nuestro y único. Hacías estremecer mi piel, la cual contemplabas frecuentemente por su incomparable color marfil, mientras que mis ojos reflejaban mutua felicidad, esperanza, amor. Recuerdo a los tuyos como los confesores de tus sentimientos, encargados de descifrarme lo que callaban tus labios. Eras de aquellas personas con la capacidad de ocultar su estado de ánimo hasta en los peores momentos. Pero los ojos son el reflejo de nuestro alma.
La lluvia se llevaba con facilidad nuestra fugaz imagen de tiempo atrás, caminando juntos por un camino hacia el lugar donde aguardan los errores más bien cometidos.