- Solíamos hablar de nuestro futuro, de lo perfecto que sería, ¿Recuerdas?
- Sí.
- ¿Qué ha pasado? ¿Cuándo se fastidió todo? Esto no es lo que tenía que pasar, ya no sé quién soy, ni qué se supone que debo hacer. Me siento tan...
-Perdida ¿Recuerdas cuando me hacías ver una y otra vez tus películas favoritas? Me volvías loco.
-¿Eso es una frase de ánimo?
-Y por fin te pregunté ¿Por qué te gustaba ver películas que ya habías visto? ¿Y recuerdas que me dijiste?
-Me gusta saber cómo van a acabar las cosas.
-Exactamente. Pues de pequeño, yo nunca supe cómo iba a acabar, por eso me pasé toda la vida pidiendo disculpas por los privilegios, la riqueza, y las oportunidades que para mí se merecían otros más que yo. Y ¿sabes lo que he aprendido? Que al final eres quien eres.
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